domingo, 7 de noviembre de 2004

Parte de nada...

Cuando el ritmo de la vida deja de acelerar mis latidos e impulsos mentales ahí es donde aparece...en cada final de cada cosa. Los silencios asumen forma de vestigios del vacío que como tal no encuentro donde esta, donde empieza ni termina...solo se que esta.

Cada punto de análisis con el que estudio sus síntomas no me deja mas que tambaleante ante el filo de una caída vertiginosas a esa vacuidad...y si bien no hay red al final de la caída...no resulta un peligro porque tampoco hay final ...pero si crece cuanto mas profundo. Pero al mirar hacia mis costados veo explotar de a poco las burbujas que me sostenían ausente de este abismo.

Mi mente, mi corazón y mi espíritu ya son parte de esta constante...de esa ecuación del destino que me gobierna por las variables que he insertado para probar que tan valida es la hipótesis de mi existencia.

Tampoco ameniza ni el mas mínimo eco de las palabras de aliento de mis camaradas...puestos que ellos se hallan también atentos a sus propias caídas...si bien algunos, al igual que yo, todavía no han caído y solo contemplamos su inmensidad siento que somos mas susceptibles de este salto a cada momento.

Es cíclico, en esta forma de metabolizar minutos unos tras otros, ver como esta única fuente de energía que es el “querer llegar” consume mis reservas de sueños para transformarlos en algunas ligeras opciones de cómo seguir corriendo. Para luego en algún momento, consumido un nuevo sueño, bajar el ritmo nuevamente y ver una burbuja menos a mis costados.

Lo curioso de ver pasar las horas como deseos de lo que no llego a tener es el ser consciente de que estas palabras tienen una respuesta en clave de cómo salir de esta contienda entre mi instancia interna y esta hipótesis de existencia.

Creo que pronto será tiempo de dejar de cuestionar el trascurso de los hechos y de sus protagonistas. Dejar de pretender evitar una caída hasta ahora frustrada por sujeción de los miedos y lanzarme a buscar ese clave para las respuestas.

Quizás optáse por la escapista solución de abandonar esta carrera contra el tiempo pero creo que encontraría nuevas incógnitas. Mas nunca lo sabré porque ya ha hecho ignición la colosal maquina del destino que tiene como combustible a mis sueños y mis deseos pero que deja como residuos (no tan gaseosos) mis frustraciones y fracasos...(debería llevarla a que la carburen mejor porque no hace buena combustión). Pero como a esta maquina solo se le puede cambiar el rumbo pero no detener... ni tampoco sirve escapar porque no tiene marcha atrás, es entonces donde solo me queda leer mejor el mapa del camino ya recorrido y precisar mejor las proximas curvas de las futuras desiciones.

Así es como muchas veces puede que me sienta parte de nada, fuera de toda congruencia de partes. Ni miembro ni candidato...no apto o sobre estimado... pasa o no pasa...2 o 4 ....es entonces ahí, donde se suponen los limites de estas partes, en ese el lugar inmaterial donde el espíritu preso de lo cotidiano asoma y guiña una angustia, ahí..., es donde veo esa inmensa vacuidad y el inminente salto a la paz del silencio interno.

Pero claro, es un lugar inmerso en un gran riesgo...el de empezar a sufrir, por sobre los miedos que nos sujetan a la seguridad, una verdadera felicidad.

ARCAN