martes, 22 de febrero de 2005

Haciéndome cargo (episode I - The Nikov Phantom)

Como están todos ustedes lectores impíos de este blog?
Yo no estoy bien, y eso no es novedad, o por lo menos no es lo importante hoy.
Quisiera comentarles por este tan querido medio que me decidí (creo que finalmente) a fixear un par de cosas que me estan bugeando el kernel de mi vida de un modo insoportable.
Como pocos de Uds se habrá dado cuenta decidí cambiarme de nickname a Duncan Idaho a modo de refresh.
Los invito a que reflexionemos sobre mi anterior firma: Nikov.
Veamos la ascendencia de este fatídico nombre.
Existe un muy simple juego de palabras entre mi nombre real ( a saber Nicolás ), mi apócope ( Nico ) y la marca comercial de un muy venenoso Vodka llamado Nikov.
Ahora bien; cual fue la razón por la cual que elegí autodenominarme asi? Sencillo: por Nostalgia.
Nostalgia de que? Evidentemente del pasado, de un pasado terrible y no menos espantoso, lleno de carencias y amarguras que da la pobreza. El mentat del grupo se preguntara porque estoy postulando una explicación ilógica? Porque debería alguien sentir nostalgia (en el sentido de recuerdo querido para este caso particular ) por algo malo (o desagradable ) de su vida? Hay varias explicaciones dentro de las cuales está la que postula que soy un boludo, y aunque no la descarto, me atrevo a mas.
En esos oscuros días yo ( y me refiero a Nicolás Ernesto Salinas Betancur DNI: 27154250 ) realmente la pasé muy mal. Dudosas compañías me hicieron conocer el alto escabio. De mas está aclarar que en esos días alto escabio fue sinónimo de Nikov. Para lo que ya están impacientes y dudan ( con sobradas razones ) que este post no llegará a ningún buen puerto, para ellos tengo un mensaje: ¨ Hacen bien en dudar! ¨
Diré entonces en este párrafo que aquellos días fueron para mí ¨días dorados¨. Todo en mí era esperanza. Me despertaba con mucha hambre ( porque no tenía ni para comprar pan ), pero tenía esperanza. No me cocinaba ( porque no tenía gas ), pero tenía esperanza. Me acostaba temprano (porque no tenía mas luz que la del Sol ), pero tenía esperanza. Es realmente hermosa la sensación de la esperanza, es casi tan hermoso como estar enamorado. Y quizás ( sólo quizás ) sean variantes de un mismo sentimiento.
Abandono la tentación de profundizar sobre la última oración so pena que me boludeen. Dicho esto, prosigo.
Y después volví a capital, con la esperanza a flor de piel y ¿Con qué me encontré?. Con la realidad, si señores, con la realidad. En forma de cachetada, con la que me quedó mas que claro que ¨no por mucho madrugar, amanece mas temprano¨.
En fin señores, nada por lo cual tuve esperanza existe hoy en día. Nada. Cuando no tuve nada, tuve esperanza, ahora no tengo nada, ni siquiera ese sentimiento.
Por eso elegí ese sobrenombre. Porque traté de retener algo que no posee esa cualidad. Es efímera y sutil.
Finalmente el pasado fin de semana, mientras demostraba ( o eso creía que hacía ) las virtudes de un grupo de amigos irresponsables y borrachos...
Bueno en realidad el domingo me dí cuenta que ya no soy Nikov. O que ya no quiero serlo.
Prefiero Duncan Idaho. Espero algún dia, firmar con mi propio nombre y llevarlo con orgullo.

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