viernes, 15 de octubre de 2004

Ayer soñe I

Anoche soñe esto:
Estaba yo en un pasillo lleno de cajas de cartón, pero grandes digamos
de 1,5 m de lado. Me veía desde arriba estilo Socoban. En eso llego hasta un grupito de,
mmm, 2 minas y un chabón. Hasta ahí todo bien.
Una de las minas (la rubia de pelo corto) me dice:
- Vos también venis por el laburo?
- Se.
- Bueno vení con nosotros entonces...
La mina me agarra de la mano y me mete por una pequeña puerta en la pared.
Ahí mismo se abre ante mi un campo. Con mucha gente riendo, hablando y por sobre todas
las cosas, sembrando.
Casi nadie se detiene a vernos.
En eso veo que desde una cabaña alguien me hace señas para que me acerque. Y lo hago.
Cuando empiezo a avanzar cruzo descaradamente entre las delicadas plantaciones, destruyendo algunas, rompiendo varias, profanando todas.
Los gentiles sembradores pronuncian improperios en varios idiomas (conocidos algunos otros no).
Llego hasta la cabaña y el hombre que me llamaba me dice:
- Llegas tarde agarra el proyector que la clase va a empezar.
Ahí nomás me da un proyector y un control remoto.
- Subite allá arriba y proyecta como siempre lo haces.
De mas esta decir que aunque fue un sueño su osadía excedia mis parametros soportables.
En fin, continuo.
Cuando me estoy sentando en una especie de aula magna (que estaba dentro de la cabaña) casi en lo mas alto, entra por un costado del escenario(?) un hombre muy bronceado empilchado con un vestido rojo (estilo Marilyn Monroe) y lunares blancos (pequeños lunares blancos).
Era Roberto Giordano.
El esperpento con patas llega hasta un atril en el medio del escenario(?) y abre una carpeta y empieza una disertacion sobre ¨La moda del siglo XXI y la Historia del Arte¨.
En un momento dado el famoso peluquero me mira desde la distancia y me dice:
- Por favor, las proyecciones.
Yo por mi parte sin saber muy bien que hacer, prendí el aparato. Desde el cañon se proyectaban puntos intermitentes que al llegar a una cierta distancia se convertian en un holograma. Ajuste una perillas y enfoque (si se puede decir) para que aparezcan al lado del polémico estilista.
Pase 3 o 4 holofiguras cuando Roberto muy enojado me dice cualquier cantidad de barbaridades sobre mi capacidad para el manejo del proyector.
Apague el cañon y baje las escaleras hasta tenerlo a un metro de distancia.
- Escucheme -le digo- Ud sera Giordano y todo lo que Ud quiera, pero yo soy Nicolás Salinas Betancur y no estoy interesado en ningun trato menor al de su Majestad, ¿Entendido bellaco?
- Insolente! -retruca el peluquero.
- Acá el insolente es Ud. Primero porque desde que entró no dejo de derramar lastima por todos lados, Ud no sabe nada de nada, y su peor pecado es ignorar esa verdad.
- Muéstreme sus TP.
No sé muy bien porque le muestro unos papeles.
- Estos no son mas que garabatos, burlas del arte, abortos de la imaginación!!!
- Mire Jordano a mi el arte no me interesa, y estos papeles que tengo aca estoy seguro que no los hice yo.
Pero mentía (si mentía en mi propio sueño).
En el sueño mismo recordaba haber hecho esos dibujos 10 min antes de entregarlos a algún profesor. Tambien mentía al decir que el arte no me intesaba, me interesa y mucho.
- Ud es un descarado, nunca va a llegar a nada...
- Puede usted tener razón peluquero de perros, puede que nunca llegue a nada en el futuro, pero desde el pasado llegue hasta usted en este presente sólo para esto...
Y lo golpeo con zaña y furia hasta dejarlo inconciente.
Cuando me recupero, noto la sangre que el inmóvil cuerpo generosamente esparcía por el escenario(?), me paro frente a la audiencia y les digo...
- Tomen nota! El mejor rojo es el de la ira, que tambien es el de la sangre. Tomen nota, esto, ESTO es arte.
Me desperte en medio de una ovacion con el sentimiento del deber cumplido.

Nikov
Thirth Foundation Survivor

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