Miércoles Fractal (vale decir Miércoles de Miércoles)
Como algunos de Uds sabe, tengo una muy agradable costumbre los miércoles. La misma consiste en almorzar con Dichi en un singular pero acogedor restorant cerca del Ifeba.
Cada miércoles peregrino hasta la boca del Subte B en Corrientes y Callao para bajarme en la estación Incas. Desde allí camino unas 7 u 8 cuadras hasta el Ifeba que queda en Av. Constituyentes al 3300.
Hoy, no sé porque designio fatal, decidí cambiar mi recorrido y caminé hasta Callao y Marcelo T. en donde inocentemente me tomé el impresentable colectivo 111 que me deja en la esquina del Ifeba.
Hasta ahí todo bien, pero empecé a sospechar que ALGO iba a ocurrir en este día en el momento en que pude sentarme ni bien subí al colectivo, desconfío de un colectivo gentil.
Sin novedades llegué, charlé, comí, me reí y armé un esbozo de las vacaciones.
Puntualmente a las 16 hs abandonamos el Ifeba con el camarada Dichi hacía la Av. Beiro para que pueda yo tomarme el colectivo 105 que me deja a exactamente 3 cuadras de casa.
Me lo tomé y decidí irme hacia atrás del colectivo a esperar algún asiento redentor.
Me apoyé en una baranda que se encuentra justo al lado de la escalera de descenso para el viaje se me hiciera un poco mas leve. Pobre de mí.
Mientras hacía unos query a mi propio cerebro en busca de la respuesta a:
- ¿Porque las minas no me dan bola?
Y aún sabiendo la respuesta pero negándome a la terrible verdad de mi triste soledad... en eso aparece un Jorobado.
Si, un Jorobado. Era un hombre de unos 53 años con barba desprolija que mediría unos 1.70 m pero que debido a su problema físico no medía mas de 1.50 m.
Lo ví y pensé:
- Qué loco, un Jorobado.
Y el me vió y habrá pensado:
- Qué loco, un Gordo de mierda.
En fin, a las 5 cuadras se sube una mina de unos 33 años morocha, muy agraciada, elegante, con una mirada inteligente poco común en estos días, en una palabra LPCUQ (La Parto Como Un Queso).
No sé porque la mina cuando viene hacia la parte posterior del micro me mira intensamente. Supuse que era porque era una masoquista. Si debió ser eso. Se pone al lado mío pero digamos a 90 grados porque yo estaba apoyado mirando hacia adelante.
Bueno la acción comienza cuando la cara del Jorobado (desde ahora hombre J) se transforma en una máscara libidinosa que derramaba lujuria.
La observa, se le aproxima y le mira porcinamente la cola a la morocha. Y se acerca c.a..d...a....v.....e......z.......m........a.........s........CERCA!
A todo esto yo humano estaba admirando también esa carnaza, y la mina me sorprende haciéndolo. Pero eso no es lo importante.
J avanza con su mano obscena hacia las latitudes ya mencionadas dispuesto a manipular sus redondeces sin mas!
Entonces me dí cuenta que si J resultaba vencedor la culpa recaería en mí, puesto que la mina me vió a MI admirándola y no al J venenoso.
Me atrevería a decir que mi Mente adquirió brazos en el mundo físico, miré tan intensamente al ya embaladísimo J (que venía en el aire) que lo detuve. Sí, lo detuve en el aire.
Y me miró como quien descubre que lo han estado observando en un momento de monstruosa intimidad, como un Dr. Jeckyll miraría a un intruso que lo vió transformandose en Mr. Hyde*.
Nos observamos con furia, J revelaba una calma fantasmal propia de quien se sabe impune.
No bajé la mirada a lo cual J aparentemente no estaba acostumbrado.
Un asiento se liberó y el obsceno J se sento triunfante, sacó de su mochila un libro no menos obsceno llamado ¨Cómo ganar amigos e influir en las personas.¨de un tal Dale Carnegie.**
A la 4ta parada (luego del incidente) se incorporó, me miró, gruñó, tocó el timbre y se bajó del colectivo.
Casi llegando a Once algo inesperado sucedió, la morocha se dió vuelta, apretó el timbre (el del colectivo claro está), y justo antes de bajar el primer escalón se dio vuelta y me suspiró un:
- Gracias.
La morocha NUNCA sabrá lo que sentí en ese momento.
Yo NUNCA sabré que otros suspiros tenía guardados para mí.
*: Leer ¨The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde by Robert Louis Stevenson¨ que fue el primer libro que leí en mi vida.
**: Tengo la desfachatez de confesar que leí ese libro, en estos mismos instantes se encuentra en poder de uno de los Those... no diré su nombre.
Nikov
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